El comienzo de año estuvo marcado por la creciente inflación, que se ha disparado como no se veía hace casi cuatro décadas, principalmente –pero no solo– por unos precios energéticos disparatados y el colapso en la cadena de suministros de mano de la pandemia, lo que ha obligado a los bancos centrales a revisar sus políticas de estímulos y tipos cero y a la vez hundía la valoración de los bonos. La primavera trajo de nuevo la guerra a Europa, una trágica catástrofe humanitaria con miles de muertos y millones de desplazados en la invasión de Ucrania por Rusia. En términos de inversión, la guerra de Putin ha dañado especialmente a la Bolsa y ha complicado como pocas veces la posibilidad de brillar a los fondos. La consecuencia se dibuja con caídas de rentabilidad en lo que va de año.
Pero una vez más, y a pesar de la inquietante coyuntura, la capacidad de seleccionar acertadamente el objetivo de la inversión da frutos, y en ocasiones muy jugosos. Es el caso de ciertos vehículos y categorías que, aprovechando el incierto entorno o no solo por ello, han obtenido entre enero y marzo retornos de hasta más del 40%. En general, los que han logrado rentar con fuerza en lo que va de 2022 son fondos de Bolsa, mientras la renta fija registra rendimientos muy pobres, con una caída acumulada en España de casi el 2%, insólita en productos con perfil conservador, que se acerca al 5% en los que invierten en deuda pública europea.
El inversor, sin embargo se enfrenta en renta variable a una gran dispersión, no exenta de oportunidades, a la hora de hacer su apuesta. En este sentido, la sorpresa más notable del año ha llegado de mano de los emergentes, y más concretamente de Brasil, cuyo índice de referencia, el Bovespa, acumula una rentabilidad del 14% y un rendimiento medio en los fondos del 33%, todo ello subido a la ola de los altos precios de las materias primas, de las que el gigante sudamericano es gran exportador. Al calor de la excelente evolución de la Bolsa de Brasil, los fondos especializados en países de Latinoamérica también se han visto impulsados. Y ello, mientras que la mayoría de mercados de renta variable están en negativo.
El rally del petróleo, el gas, la electricidad y la mayor parte de materias primas –agrícolas, industriales y, por supuesto, los metales preciosos– han hecho que los fondos temáticos especializados vuelen al alza en el año, con apuestas decididas por compañías energéticas –no solo de renovables– y también en tecnológicas, biomédicas y financieras muy seleccionadas. En cualquier caso, el método de poner el dinero en fondos que inviertan en empresas en crecimiento a un precio razonable y con retorno fiable sigue siendo una buena fórmula, pese a la situación de máxima incertidumbre que exige multiplicar la atención.