La junta de accionistas de Indra se llevará a cabo el próximo miércoles 30 de junio en segunda convocatoria.
Entre los principales puntos del día, se ratificará a Marc Murtra como presidente no ejecutivo, y se aprobarán los cambios en el modelo de gobernanza de la sociedad.
Junto a Murtra, también se someterán a la reelección por parte de los accionistas Cristina Ruiz e Ignacio Mataix, los nuevos consejeros delegados y responsables de la gestión de Minsait, la filial de soluciones digitales, y el área de Defensa y Transporte, respectivamente y quienes estarán al frente de la empresa.
En la sesión de este viernes, Indra ganó un 1,04% con lo que situó en 7,74 euros por título, un 4,4% por debajo de la cotización con la que abrió cuando se conoció el cese de Fernando Abril-Martorell, a instancias del principal accionista de la tecnológica, la Sociedad Estatal de Participaciones Industrial (SEPI).
No obstante, la compañía ha vuelto al sendero alcista en Bolsa y ha subido casi un 10% desde los mínimos marcados tras la salida de Abril-Martorell en un contexto en el que el Ibex 35 se ha mantenido estable en torno a los 9.000 puntos. Asimismo, acumula una revalorización del 10,89% en lo que va de año.
Además, en la junta también se votará la reelección de los consejeros independientes Ana de Pro, ex directora financiera de Amadeus (2010-2020), Enrique de Leyva Pérez, director del fondo Magnum y consejero independiente de Almirall, e Ignacio Martín San Vicente, expresidente de Gamesa (2012-2017) y consejero independiente de Acerinox y Repsol.
Asimismo, los accionistas deberán pronunciarse sobre algunos cambios del articulado del reglamento de la junta y el consejo, así como sobre la entrega de acciones por el plan de incentivos 2020, el informe de remuneraciones a los consejeros y los resultados del mismo año.
El último mes y medio no ha estado solamente marcado por la llegada de Murtra, ya que la compañía ha cerrado operaciones como las adquisiciones de la consultora de marketing digital Flat 101 o la empresa de ciberseguridad alemana MSS.
Asimismo, también ha presentado, junto a Enaire, el proyecto Startical, con el que pretende revolucionar la industria del control del tráfico aéreo mediante el uso de una constelación de nanosatélites de órbita baja y será parte de un fondo para la industria aeroespacial junto a SEPI, Airbus y Tikehau Capital.
La compañía sorprendió al mercado al casi cuadriplicar beneficio en el primer trimestre del año, cuando ganó 22 millones, en un periodo que terminó con un récord histórico en su cartera de pedidos, que ascendía a 5.322 millones de euros.
Con el nuevo rumbo en el modelo de dirección, también cambiará la política de remuneración de Indra, ya que la retribución de Marc Murtra será distinta a la de Abril-Martorell, que tenía funciones ejecutivas.
De hecho, al no encargarse de asuntos ejecutivos, Murtra percibirá una remuneración exclusivamente fija de 550.000 euros, que podrá aumentar si entra en alguna comisión del consejo o por algún complemento en efectivo o en especie en concepto de beneficios sociales como seguros de vida, accidentes y asistencia sanitaria.
En cuanto a Ruiz y Mataix, los consejeros delegados verán cómo su retribución fija aumenta en 50.000 euros hasta los 600.000 por sus nuevas funciones.
Asimismo, percibirán, siempre y cuando lo aprueben los accionistas, una remuneración variable anual equivalente al 140% de la retribución fija en caso de cumplir los objetivos marcados por el consejo (840.000 euros) o del 160% en caso de sobrepasarlos y llegar al máximo fijado (960.000 euros).
La variable se repartirá a partes iguales entre objetivos cuantitativos, ligados a indicadores como el flujo de caja, el resultado de explotación o criterios de sostenibilidad ligados a las emisiones de dióxido de carbono (CO2), mientras que los objetivos cualitativos se determinarán en función “del desempeño individual de los consejeros ejecutivos y su contribución a la consecución de la creación de valor”, según la documentación remitida a Indra por los accionistas.
Esta variable se cobrará en un 70% en efectivo y en un 30% en acciones que serán devengadas durante tres años y no podrán enajenarse hasta que hayan transcurrido al menos otros tres años desde su entrega, salvo que los receptores sean titulares, directa o indirectamente, de un número de acciones equivalente a dos veces su retribución fija anual (1,1 millones de euros en total).
Asimismo, los poseedores de los títulos de Indra deberán aprobar también en la junta la retribución a medio plazo para los años 2021, 2022 y 2023, que se calculará en función del cumplimiento del plan estratégico para ese mismo periodo.
El plan contempla una horquilla del cumplimiento de objetivos hasta el 150% con una medida ‘objetivo’ equivalente al 160% de la retribución fija en términos anualizados (960.000 euros al año) y un techo del 240% de la retribución fija (1,4 millones de euros).
Los consejeros delegados podrán recibir un máximo de 1,25 millones de acciones, equivalentes al 0,71% del capital.
Entre los objetivos que tendrán peso en este plan se encuentran el cumplimiento del plan estratégico, con medidas como la digitalización de la oferta, eficiencia en producción y excelencia en la ejecución o la maximización de sinergias en el grupo.
Asimismo, otro 10% irá ligado al cumplimiento de objetivos de sostenibilidad, un 20% se repartirá entre el retorno del accionista y la evolución de la acción de Indra respecto al Ibex y un 60% según métricas financieras como el resultado de explotación, el flujo de caja y la cartera de contratación.
Además, los consejeros ejecutivos que abandonen Indra ya no recibirán hasta una anualidad de su retribución total anualizada en este concepto, como sucedía hasta ahora.