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Repsol elabora el primer biocombustible para aviación

Repsol elabora el primer biocombustible para aviación

Repsol ha elaborado en su Complejo Industrial de Petronor en Bilbao el primer biojet del mercado español producido a partir de residuos.

En concreto, el lote consta de 5.300 toneladas de combustible y cumple con los estrictos requisitos de calidad del producto y con las condiciones de sostenibilidad de la cadena de producción, logística y de comercialización. Su uso evitará la emisión de 300 toneladas de CO2 a la atmósfera, el equivalente a 40 vuelos Madrid-Bilbao.

Se trata de la tercera producción de biojet en España realizada por Repsol tras la fabricación de otros dos lotes en las refinerías de Puertollano y Tarragona, a mediados de 2020 y principios de 2021 respectivamente, donde se utilizó biomasa como materia prima.

En este último lote se han utilizado, en cambio, residuos como materia prima, integrando así herramientas de economía circular en el proceso. De este modo se mejora la gestión de los residuos, transformándolos en productos de alto valor añadido como los combustibles de baja huella de carbono.

El grupo presidido por Antonio Brufau señaló que este avance se trata de “un hito relevante en la producción de combustibles con baja huella de carbono y supone una evolución en la descarbonización de los combustibles para transporte aéreo, un segmento donde la electrificación no es viable por el momento”.

Además, representa un ejemplo más de la evolución de los complejos industriales de Repsol para transformarse en polos multienergéticos, capaces de generar productos de baja, nula o incluso negativa huella de carbono.

El impulso de este tipo de combustibles se suma a los proyectos que la empresa ya ha desplegado en eficiencia energética, generación de electricidad baja en emisiones, hidrógeno renovable, economía circular, combustibles sintéticos y captura, uso y almacenamiento de CO2, y es uno de los principales ejes estratégicos de la compañía para alcanzar su objetivo de ser una compañía cero emisiones netas en el año 2050.

El uso de biocombustibles se presenta como una vía para la descarbonización del sector de la aviación. En este sentido, las instituciones comunitarias han establecido diferentes medidas para fomentar el uso de biojet en el sector aeronáutico, tanto el obtenido a partir de biomasa como el biocombustible avanzado procedente de residuos están incluidos en la lista de combustibles sostenibles en la Directiva Europea de Energías Renovables.

El pasado 14 de julio la Comisión Europea publicó, como parte del paquete de medidas Fit for 55, la iniciativa Refuel Aviation, que tiene como objetivo impulsar la oferta y demanda de combustibles sostenibles para aviación en la Unión Europea, alcanzando un uso del 2% en 2025 y un 63% en el año 2050. De este modo, se reduce la huella medioambiental del sector al tiempo que contribuye a alcanzar los objetivos climáticos globales.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) español considera que los biocombustibles son la tecnología renovable más ampliamente disponible y utilizada en la actualidad en el transporte, especialmente en sectores como el de los vehículos pesados y el de la aviación, donde la electrificación presenta dificultades actualmente.

Además, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada el pasado mayo contiene un artículo dedicado a los combustibles alternativos sostenibles en el transporte, con especial énfasis en biocombustibles avanzados y otros de origen no biológico.

En esta línea, Repsol anunció el pasado año que construirá en Cartagena la primera planta de combustibles avanzados de bajas emisiones de España, con capacidad para producir 250.000 toneladas al año de hidrobiodiésel, biojet, bionafta y biopropano a partir de residuos.

Entre los objetivos de su plan estratégico 2021-2025 aparece la producción de 1,3 millones de toneladas de biocombustibles sostenibles en 2025, y más de dos millones en 2030.

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