Standard & Poor’s (S&P) ha confirmado en ‘BBB’ el rating a largo de CaixaBank, y en ‘A-2’ la calificación a corto plazo, mientras que el estado de vigilancia de la nota ‘BB-‘ de BPI pasa de ‘negativo’ a ‘en desarrollo’.

S&P confía en que CaixaBank podrá cumplir su objetivo de recuperar niveles de solvencia superiores al 11% si adquiere el banco portugués BPI, que ha añadido que no será una operación transformacional para la entidad catalana por su volumen de activos, ha informado este viernes en un comunicado.

Respecto a BPI, la agencia de rating podría subir, mantener o bajar sus ratings dependiendo de si la OPA sale o no adelante y de si el banco luso consigue reducir su exposición de riesgo a Angola.

La semana pasada, Caixabank ofreció 1,113 euros por cada acción del BPI en la opa que el banco español ha anunciado a la comisión del mercado de valores de Lisboa; esta oferta es varios céntimos inferior a la opa fracasada de hace un año y refleja, en parte, el deterioro que sufre la entidad portuguesa ante los desencuentros entre sus accionistas y las exigencias del Banco Central Europeo, que reclama fondos que respalden la exposición del banco luso a Angola.

Mientras se negocia la oferta, CaixaBank ha solicitado al BCE la suspensión de las posibles sanciones contra BPI, “con la finalidad de permitir a CaixaBank encontrar una solución al exceso de concentración de riesgos”, según señala en un comunicado. La opa, además, está condicionada a la eliminación de la limitación de votos que impide a la entidad tomar el control pese a su participación mayoritaria. Ese cambio está pendiente de un cambio legislativo.

“La oferta de CaixaBank, primer accionista de BPI con el 44,1% del capital, está condicionada a la supresión de la limitación del 20% en los derechos de voto de BPI, a alcanzar más del 50% del capital de Banco BPI y a la obtención de las autorizaciones regulatorias aplicables”, apunta la entidad presidida por Isidro Fainé.