El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha alertado de que la economía española sigue siendo vulnerable.
Asimismo, ha señalado que debe prestarse atención a posibles desviaciones recaudatorias o de crecimiento que podrían amenazar la consolidación fiscal.
Linde ha comentado que “a pesar de lo conseguido en crecimiento, empleo y restablecimiento de los equilibrios, estamos lejos de haber superado todos los factores de vulnerabilidad. Las dudas sobre la continuidad en el esfuerzo de reequilibrio económico, fiscal y financiero podrían poner fin y llevar a retrocesos en el enderezamiento conseguido”.
Durante una comparecencia parlamentaria con ocasión de analizar los Presupuestos de 2016, el gobernador del Banco de España vio factibles las proyecciones del proyecto y dijo que “el coste del presupuesto de los recortes de impuestos se compensará con el aumento de la recaudación por la mayor actividad económica”, sin embargo, sugirió hacer un seguimiento para anticiparse a posibles desviaciones.
Asimismo, dijo que eventuales encarecimientos en los costes de la deuda o una desviación en el crecimiento previsto podrían amenazar la reducción del déficit.
Por otro lado, Linde señaló que posibles desviaciones a la baja en el crecimiento o un encarecimiento de los costes de financiación, harían más exigente el proceso de consolidación fiscal y añadió que las autoridades deberían estar “preparadas para tomar medidas”.
El gobernador del Banco de España reiteró que el paro y la deuda son los principales desequilibrios de la economía española y confía que en el último trimestre de 2016 la tasa de paro se ubique en torno al 20%.
Como en otras ocasiones, Linde advirtió que “es fundamental perseverar en las políticas que fortalecen la confianza en nuestra economía. En particular, hacer más rápida la reducción del desempleo y asegurar la continuidad en la corrección del desequilibrio externo exigen mantener y, en lo posible, profundizar en las ganancias de competitividad”.
Para finalizar, Linde indicó que “nuestra banca, como la de otros países europeos, tiene un problema de rentabilidad y de intensificación regulatoria muy fuerte (…) eso debe obligar a tomar medidas de diverso tipo y alcance. Si va a haber o no movimientos corporativos no lo sé y si lo supiera no podría decirlo, pero no me parece imposible”.
