Abanca ha cerrado el primer semestre del año con un ligero recorte en su cartera de crédito al sector inmobiliario.

Según la memoria que remitió la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), al cierre del mes de junio tenía en su balance 541 millones de euros destinados a financiar la actividad constructora. Esta cifra es ligeramente inferior a la del cierre del año 2014, que se ubicó en 567 millones de euros.

A pesar del descenso, este tipo de activos tiene una alta morosidad. El 35% de esa cartera crediticia está en situación de impago o próximo a ello. Sin embargo, la entidad financiera ha señalado que el volumen de financiación es manejable. Hace cuatro años, esos activos superaban los 10.000 millones de euros, la mitad de ellos morosos.

La mayor parte del crédito se mantiene en familias y empresas. Al cierre del primer semestre del año, Abanca tenía 12.700 millones de euros concedidos en hipotecas con una tasa de morosidad del 4%.

El informe de Abanca también indica que durante el primer semestre del año el banco ha tenido que asumir más solares y edificios sin acabar, ya sea por quiebras de empresas o adjudicaciones para saldar créditos. El valor de esos activos es actualmente de 1.009 millones de euros.

Por otro lado, en las cuentas remitidas a la CNMV se detalla la ganancia neta de 182 millones de euros, las ganancias de los consejeros en el orden de los 852.000 euros y de los 13 altos directivos por encima de los dos millones de euros.