
Por primera vez en los treinta años de historia del Ibex 35, ninguna empresa entró ni salió del índice por lo que acabó con los mismos valores con los que empezó el ejercicio. Esto no volverá a ocurrir en 2024, ya que Puig se incorporó el pasado mes de julio en una reunión extraordinaria en la que Meliá fue excluida del índice. Eso sí, tampoco será un año de muchos cambios. De momento, en la revisión que se realizará el próximo jueves no deberían anunciarse novedades.
El comité que vigila la composición del Ibex (el comité asesor técnico o CAT) se reúne este 12 de septiembre y nada hace pensar que haya siquiera motivo de discusión entre sus miembros. Ninguna cotizada de la bolsa española cuenta con una liquidez suficiente, que supere la de alguna de las firmas que actualmente lo componen. Y esa liquidez es la principal llave para entrar al índice.
Tampoco existen motivos para que haya una exclusión en septiembre, un mes en el que, además, las reuniones son calificadas “de seguimiento”, reservándose más los cambios para las citas de junio y diciembre.
La siguiente reunión sería en el mes de diciembre, y la compañía que a estas alturas se postula con más opciones es Vidrala, por su negociación en los últimos seis meses y porque cumple el requisito de capitalización mínimo. Esto último es algo por lo que a Meliá le costará volver al índice, a pesar de que su contratación se sitúa por encima de la de la hotelera. Viscofan también estará en el listado de aspirantes.
Aunque a día de hoy no hay ninguna compañía con riesgo de salir del Ibex, no hay que olvidar que sigue pendiente la oferta pública de adquisición (opa) de BBVA sobre Banco Sabadell, que si saliera adelante (y aunque siguiera cotizando) podría ver deteriorada su liquidez, y el interés de Brookfield por lanzar una oferta para comprar Grifols y excluirla de bolsa.