El Gobierno de China prohibió a los funcionarios de las agencias centrales utilizar teléfonos de marcas extranjeras para cubrir responsabilidades gubernamentales. Tras el anuncio de la medida, Apple padeció una caída considerable en la Bolsa de Valores.
De acuerdo con fuentes anónimas citadas por el rotativo estadounidense, la restricción busca “reducir la dependencia del país de la tecnología extranjera”, así como reforzar la seguridad cibernética para evitar que datos confidenciales se filtren a gobiernos extranjeros.
El impedimento considera en lo general el uso de teléfonos inteligentes fabricados fuera de China. No obstante, la prohibición es especialmente para Apple. El mercado chino es uno de los más grandes en volumen de ventas para la empresa dirigida por Tim Cook. Además, los fabricantes chinos se ubican como parte vital en la cadena de suministro para la gigante de Cupertino, aún cuando la firma ha migrado parte de su producción a India.
En su último reporte financiero, Apple informó un incremento de 8% en los ingresos generados en China derivados de la venta de iPhone en aquel mercado, para alcanzar 15,700 millones de dólares. En el segundo trimestre de 2023, las ventas globales de teléfonos inteligentes a nivel mundial cayeron un 8% respecto al mismo periodo del año pasado, de acuerdo con datos de la consultora Counterpoint Research. Samsung se mantuvo al frente del mercado con una participación del 22%, mientras que Apple se ubicó en la segunda posición con 17%.
Bajo este escenario, tras darse a conocer la medida, las acciones de Apple cayeron un 3.6% para alcanzar un valor de 182.91 de dólares por papeleta. Esto supone la mayor caída en un solo día desde el 4 de agosto para la compañía.
Apple en medio de una discusión política
Apple reconoce la importancia del mercado chino en su negocio. La empresa ha realizado cambios en su software iOS para ajustarse a la normativa del país asiático. Limitar la ventana de tiempo de AirDrop a 10 minutos y la eliminación del emoji de la bandera taiwanesa son parte de los esfuerzos de la big tech de Cupertino para mantener una relación estable.
En el pasado, el gobierno de Estados Unidos prohibió el uso de hardware desarrollado por las empresas Huawei y ZTE. En la actualidad, las autoridades evalúan la prohibición de TikTok a nivel estatal y federal por preocupaciones de privacidad. Nvidia y AMD afirmaron que existe una prohibición de venta de chips para China y Rusia que se amplió para incluir países de Medio Oriente.
Lo que está en medio es un combate tecnológico y político de miles de millones de dólares en el que Estados Unidos quiere refrendar su posición ante una amenaza creciente. Lo que sucede en el ámbito de la inteligencia artificial es claro ejemplo. Estados Unidos ya no fabrica muchos de los chips informáticos más avanzados del mundo. Apple y otras empresas subcontratan ese trabajo a TSMC en Taiwán o a Samsung en Corea del Sur.
En cambio, China ha realizado grandes avances económicos en las últimas décadas que han convertido al país en un eje de innovación en el sector manufacturero para muchas empresas del país norteamericano. En este juego, las prohibiciones como las ahora implementadas por el mercado chino son solo una advertencia para condicionar un mercado que, aunque compartido, deberá definir a un solo ganador.