Arm saldrá a la bolsa de Wall Street

Arm Holdings, el brazo más tecnológico del conglomerado japonés SoftBank, ha dado un paso más hacia lo que se convertirá en la mayor oferta pública inicial (OPV) del año en la bolsa de EEUU. Una fuerte apuesta que busca que el otrora diseñador de chips para teléfonos pueda prosperar en la era de la informática de inteligencia artificial (IA).

En una esperada presentación regulatoria enviada a la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC) y conocida este lunes noche, Arm ha informado de que la oferta está dirigida por Barclays, Goldman Sachs, JP Morgan Chase y Mizuho. El documento enumera otros 24 suscriptores por debajo de ese nivel superior, con la notable ausencia de Morgan Stanley.

Un debut exitoso de Arm supondría una ganancia inesperada para el fundador de SoftBank, Masayoshi Son, cuyo Vision Fund perdió la cifra récord de 30.000 millones de dólares el año pasado. También podría animar a docenas de nuevas empresas a perseguir -o retrasar aún más- sus propios planes de salida a bolsa. Entre ellas figuran compañías como Instacart, dedicada a la entrega de comestibles por Internet, y Klaviyo, proveedor de automatización de datos y marketing.

Arm tiene previsto iniciar su gira de presentación la primera semana de septiembre y fijar el precio de la OPV la semana siguiente, según ha informado Bloomberg. Arm no ha revelado los términos propuestos para la venta de acciones en el documento, pero se espera que busque una valoración de entre 60.000 y 70.000 millones de dólares.

Aunque Arm aspiraba a recaudar entre 8.000 y 10.000 millones de dólares en la OPV, ese objetivo podría ser menor, ya que SoftBank ha decidido quedarse con una mayor parte de la empresa tras comprar la participación de Vision Fund en ella. La operación valora Arm en más de 64.000 millones de dólares.

La oferta promete dar al difícil mercado de OPV su mayor impulso en casi dos años. La salida a bolsa está llamada a ser la mayor en EEUU desde la oferta de 13.700 millones de dólares del fabricante de vehículos eléctricos Rivian en octubre de 2021. Podría situarse cerca o incluso justo por debajo de las mayores OPV de la historia del sector tecnológico: la de Alibaba en 2014, de 25.000 millones de dólares, y la de Meta, entonces Facebook, en 2012, de 16.000 millones de dólares.

La valoración objetivo de Arm refleja la creencia de que se beneficiará de la estampida hacia los chips de inteligencia artificial y la IA generativa, un cambio en la industria que ha ayudado a dar al fabricante de chips Nvidia una valoración de un billón de dólares.

“Unos buenos resultados de Arm no sólo supondrían una gran ganancia para SoftBank, sino que también reforzarían su estrategia de IA al demostrar que la expectación del mercado en torno a la IA no ha decaído”, afirma Kyle Stanford, analista de PitchBook.

Aunque la tecnología de Arm se utiliza en casi todos los teléfonos inteligentes, no es muy conocida entre los consumidores. Arm vende los planos necesarios para diseñar microprocesadores y concede licencias de tecnología conocida como conjuntos de instrucciones que dictan cómo los programas de software se comunican con esos chips. La eficiencia energética de la tecnología de Arm ha contribuido a hacerla omnipresente en los teléfonos, donde la duración de la batería es fundamental.

René Haas, que asumió el cargo de Director General de Arm el año pasado, trabaja ahora para ir más allá del mercado de los smartphones, estancado en los últimos años. Su objetivo es la informática más avanzada, en particular los chips para centros de datos y aplicaciones de inteligencia artificial.

Los procesadores para ese mercado están entre los más caros -y rentables- de la industria. Amazon ha adoptado chips basados en Arm para sus Amazon Web Services porque dice que son más eficientes tanto en términos energéticos como económicos. Los utilizan 40.000 clientes de AWS.

SoftBank seguirá siendo el accionista mayoritario de Arm después de que empiece a cotizar en bolsa, según la notificación. SoftBank ha adquirido la práctica totalidad de la participación del 25% que Vision Fund tenía en Arm por 16.100 millones de dólares, según la presentación.

Dificultades en el sector

La documentación también confirma que los ingresos de Arm disminuyeron alrededor de un 1% en su último ejercicio fiscal. Las ventas de la empresa descendieron a 2.680 millones de dólares en el ejercicio cerrado el 31 de marzo, según el documento, que aún está sujeto a cambios.

El sector de los chips sigue sufriendo una caída de las ventas, agravada por un exceso de existencias. El mercado de los teléfonos inteligentes se ha visto especialmente afectado. Qualcomm, uno de los mayores socios de Arm, presentó a principios de mes unas previsiones decepcionantes para el último trimestre, lo que hizo caer sus acciones. E incluso el preciado iPhone de Apple ha visto frenada su demanda.

Arm, con sede en Cambridge (Reino Unido), tiene previsto que sus acciones coticen en el Nasdaq Global Select Market con el símbolo ARM. La solicitud confirma que los cuatro principales bancos de la OPV actuarán como directores conjuntos de la oferta. Bloomberg News ha informado de que los cuatro se repartirán a partes iguales las comisiones, rompiendo con la práctica habitual.

En la solicitud, Arm se definía como una “empresa que da prioridad a la ingeniería”, con 4.753 de sus trabajadores (alrededor del 80% de los empleados en todo el mundo) centrados en la investigación, el diseño y la innovación técnica. La empresa declaró que es propietaria o copropietaria de unas 6.800 patentes emitidas y tiene pendientes unas 2.700 solicitudes de patente en todo el mundo, muchas de las cuales están relacionadas con las tecnologías clave utilizadas en muchos de los chips que se fabrican hoy en día.

Arm se fundó en 1990 como empresa conjunta de Acorn Computers, Apple y VLSI Technology. Cotizó en la Bolsa de Londres y en el Nasdaq desde 1998 hasta 2016, cuando SoftBank adquirió la empresa por 32.000 millones de dólares. El grupo japonés intentó previamente vender Arm a Nvidia en un acuerdo de 40.000 millones de dólares, que habría sido la mayor adquisición de la industria de chips. Pero la compra se enfrentó a la oposición de los organismos reguladores y de los propios clientes de Arm, y Nvidia la abandonó el año pasado. SoftBank se embarcó entonces en su plan de salida a bolsa.

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