Remesas: un granito de ayuda desde el exterior

Gracias a las remesas, miles de trabajadores inmigrantes pueden contribuir a la economía familiar de sus seres queridos, residentes –en la mayoría de los casos– en países con rentas bajas y con graves problemas de liquidez interna.

En este sentido, el epicentro de recepción de remesas es Latinoamérica, siendo México el país que encabeza la lista a nivel mundial. Con respecto a los envíos, tan solo para el año 2021 se procesaron más de 600.000 millones de dólares por concepto de remesas y se estima que esta cifra está aumentando considerablemente en 2022. Si nos referimos concretamente a España, solo en el año 2020, se enviaron alrededor de 8.360 millones de euros, siendo uno de los principales países europeos desde los cuales se envían remesas a distintas partes del mundo.

Más que envío de dinero

En un mundo dominado por las cifras y las estadísticas, las realidades sociales detrás de las remesas se diluyen fácilmente; y es que estos envíos de dinero son el resultado del arduo trabajo que los inmigrantes realizan para lograr ahorrar y ayudar económicamente a sus familiares.

Por lo general, las remesas tienen la finalidad de contribuir a los gastos básicos mensuales, matrículas escolares, alquiler de vivienda y alimentación. De hecho, en algunos casos, este dinero representa el ingreso principal de muchos hogares.

La otra cara de las remesas

Hace mucho tiempo que los envíos de dinero por concepto de remesas dejaron de ser simples transacciones financieras, para convertirse en un motor de la economía local y nacional en algunos países. Tal vez no sería osado afirmar que, hoy por hoy, también impulsan el ecosistema financiero mundial.

Con este panorama no resulta sorprendente que en países como Ucrania, Guatemala o el Líbano, las remesas representen un porcentaje considerable del PIB, con cifras que ascienden desde el 10% hasta superar el 50% del total.

A la luz de esta realidad, resulta casi imposible imaginar la desaparición de las remesas en el escenario económico internacional; por el contrario, todo apunta hacia un incremento cada vez más mayor.

El futuro digital de las remesas

Por otro lado, la tecnología está creciendo a pasos agigantados y, para el sector financiero, los beneficios se traducen en mayor facilidad de acceso por parte de los usuarios, flexibilidad e inmediatez en todas las operaciones. De esta forma, hoy en día es posible descargarse una app para enviar dinero internacionalmente desde la comodidad del móvil, o simplemente tramitar una transferencia en línea. Las posibilidades son infinitas y el futuro de las remesas, muy prometedor.

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