Benoît Coeuré, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, considera que se debe vigilar muy de cerca el tipo de cambio, porque el fortalecimiento del euro produce un efecto deflacionario, al menos que sea compensado con un mayor crecimiento económico.

Durante una intervención en un seminario sobre ‘Política monetaria en tiempos no estándar’ organizado en Fráncfort, Coeuré ha explicado que la apreciación de este año de un 14% que acumula el euro frente al dólar puede traer como consecuencia la caída de la inflación por un abaratamiento de las importaciones, lo que llevaría a conservar la política monetaria “durante un periodo prolongado”.

Coeuré ha señalado que “los ‘shocks’ exógenos sobre tipo de cambio, si persisten, pueden llevar a un endurecimiento injustificado de las condiciones financieras con consecuencias indeseables para la perspectiva de la inflación. En este contexto, la reciente volatilidad del tipo de cambio representa una fuente de incertidumbre que requiere de seguimiento y evaluación continuo”.

Por esta razón, ha explicado que, aunque “no hay motivos de preocupación inmediata”, porque una mejora de la economía de la eurozona permite a las empresas incrementar los precios para compensar el efecto amortiguador del tipo de cambio, hay motivos “para vigilarlo muy de cerca”.

Coeuré ha destacado que es muy importante determinar las causas de la fortaleza del euro. Si sus ganancias responden a un mayor crecimiento económico, el efecto negativo sobre la inflación se vería compensado. En caso contrario, si es por causas exógenas, el efecto del tipo de cambio tendría un impacto en las condiciones financieras y las perspectivas de inflación.