La agencia de calificación de riesgos Standard and Poor’s (S&P) ha bajado la nota de Grecia, desde ‘B’ a ‘B-‘, en base al descenso de liquidez de los bancos helenos.

Según S&P, la bajada responde a un empeoramiento de la economía del país, lo que, asegura, reduce el plazo para que el nuevo Gobierno alcance un acuerdo con sus acreedores.

La agencia, que no descarta la posibilidad de que se continúe devaluando la nota crediticia de la deuda griega, subraya que el Ejecutivo tiene reservas de liquidez limitadas ya que se acerca el vencimiento de bonos en manos de los acreedores, lo que, en su opinión, limita el margen de negociación del Gobierno.

S&P había advertido ya de esta posible rebaja por la “incertidumbre política” que vive el país desde el nombramiento de Alexis Tsipras como primer ministro.

La agencia continúa situando la perspectiva de Grecia en “negativa”, y avisa de que se podría continuar devaluando.

Además, advierte de que la prolongación de las negociaciones con los acreedores internacionales podría conducir a una mayor presión sobre la estabilidad financiera en forma de salidas de depósitos.